Rescatar el café salvadoreño para restituir la dignidad a los pequeños productores

La Cooperativa Texisal

Desde el montañoso municipio de Apaneca, conocido por sus cultivos de café y por la turística “Ruta de los Flores”, se cruzan sinuosos caminos de herradura y senderos de tierra hasta la plantación de café Santa Bárbara de la Cooperativa Texisal, en el distrito de Taltapanca.

José Manuel Vielman ha vivido en estas zonas toda su vida, durante generaciones su familia se ha dedicado al cultivo del café y dice que el café salvadoreño está pasando por una fase crítica: “los agricultores ya no pueden cubrir los costos de la producción de café debido al bajo precio de venta establecido por la Bolsa de Nueva York”.

Texisal es una de las cooperativas beneficiarias que participaron en un curso de capacitación, dentro del Proyecto denominado: “Red regional de apoyo a las asociaciones de pequeños productores de café – Programa CaféyCaffè”. Fase III – financiado por la financiado por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo y ejecutado por la ONG italiana Africa 70 El Salvador y el Consejo Salvadoreño del Café (CSC) el cual permitió a los beneficiarios aprender técnicas e instrumentos innovadores para el procesamiento del café.

Oscar Nájena, el Presidente de la Cooperativa Texisal, nos dice que los progresos realizados por la comunidad agrícola, tras el proyecto, se refieren a todas las fases de la elaboración del café: la cosecha razonada, la construcción de las llamadas “camas africanas” para el secado, los métodos de elaboración húmeda y los factores que influyen en la calidad del producto, así como las cuestiones relacionadas con la industria del café.

La ONG África 70 y el Consejo Salvadoreño del Café colaboran estrechamente con la Cooperativa Texisal todos los días y, paso a paso, apoyan y orientan a las comunidades rurales para que cumplan su mayor sueño: abrir un centro de tostado y una cafetería. Elena Díaz, gracias al curso “Catación y Barismo”, ha aprendido nuevas técnicas que pone en práctica cada día en su trabajo y esto le ha permitido alcanzar una realización profesional. Hoy trabaja en el bar Apaneca y está orgullosa del café que sirve: bueno y 100% orgánico.

La Cooperativa Texisal y, más en general, la comunidad rural de montaña, está decidida a redimir la cultura del café salvadoreño creando un producto de alta calidad. Es importante que el mundo entero reconozca la calidad del café de El Salvador para que pueda apoyar el cultivo de este producto. El camino sigue siendo largo e involucra estudio y trabajo duro, pero los pequeños productores salvadoreños no desisten. Saben que el futuro de su comunidad depende de ello y quieren que se reconozca el trabajo que hacen.

Dar el valor adecuado al café salvadoreño es devolver la dignidad a los agricultores y productores, mejorar su nivel de vida reduciendo la vulnerabilidad socioeconómica y cultural de comunidades enteras. ¡Estamos seguros de que con estas premisas podemos obtener grandes resultados!

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