UNIDAS! Para invertir en la prevención de la violencia contra las niñas y las mujeres

 

"¡UNIDAS! Invertir en la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas" es el mensaje lanzado este año con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre) y de los 16 días de activismo contra la violencia de género. Un mensaje y un activismo que la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo promueve en su acción diaria de planificación y proximidad a las mujeres y niñas, supervivientes de la violencia.

Convencida de que la lucha contra la violencia pasa por apoyar el papel de las mujeres como agentes de cambio y su empoderamiento multidimensional, desde las esferas económica, social, política y cultural, la Agencia se compromete a reforzar su capacidad para diseñar programas transformadores que puedan erradicar las causas profundas de la condición discriminatoria que sufren las niñas y las mujeres. 

La Sede de San Salvador adopta un enfoque transversal de género en sus intervenciones, incluyendo a las mujeres que viven en zonas urbanas y rurales de la Región Centroamericana. A través de nuestras iniciativas, apoyamos a mujeres valientes que luchan por la igualdad: mujeres que emprenden en el sector de la caficultura y de la artesanía, mujeres que se juntan en cooperativas de mutua ayuda y construyen su propia casa, mujeres que se capacitan en informática y finanza para estar a la altura de los retos del mundo laboral moderno, mujeres con discapacidad que abogan por sus derechos, mujeres que defienden el patrimonio cultural de su pueblo y muchas más.

La AICS publica el "Manual de Análisis de Género", una herramienta operativa para favorecer la integración dela perspectiva de género en toda iniciativa de cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria, emprendida directamente por la AICS y por los sujetos que ejecutan intervenciones de cooperación financiadas o cofinanciadas por la Agencia. El manual pretende ser un apoyo para el personal de la Agencia y para los operadores implicados en la definición de políticas, programas y proyectos - a nivel local, nacional e internacional - para que puedan perfeccionar sus competencias en la elaboración de análisis adecuados para promover un enfoque sensible al género en todas las iniciativas de cooperación al desarrollo y ayuda humanitaria, en línea con el principio de no hacer daño. La normalización de los análisis de género en la programación y el diseño de la Agencia es un paso clave para garantizar la integración de la perspectiva de género y asegurar un enfoque interseccional del empoderamiento de las mujeres.

Abierta licitación competitiva iniciativa AID 11621 Vivicafé

En cumplimiento al Anexo 3 "Tabla de Adquisiciones" del Acuerdo Técnico para la realización del Proyecto “VIVICAFE: Incremento del Valor Agregado y Valorización del Café de El Salvador”, se publican los documentos estándar de para licitación competitiva de los siguientes procesos:

  1. Contratación de viveros para la adquisición de plantas de café
  2. Compra de insumos agrícolas.

Los procesos dan inicio este día, publicados en el Sistema Electrónico de Compras Públicas (COMPRASAL) y en la página web del Instituto Salvadoreño del Café (ISC).

Los interesados pueden revisar las bases de licitación en el siguiente enlace: https://www.isc.gob.sv/procesos-de-compras-vivicafe/

Es requisito estar en el Registro Único de Proveedores del Estado (RUPES): https://comprasal.gob.sv/register

Enlace del manual de registro: https://dinac.gob.sv/registro-proveedores/

Se cierra el IV Foro Centroamericano de Inclusión Financiera

 

Locandina evento IV Forum Centroamericano sull'Inclusione Finanziaria

Afiche del evento IV Foro Centroamericano de Inclusión Financiera

San Salvador, 13/10/2023. El evento de dos días del IV Foro Centroamericano de Inclusión Financiera con el tema: "Por una recuperación económica transformadora: ¿qué cambios se están dando en el ecosistema financiero?", promovido por ONU Mujeres El Salvador y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), en alianza con las principales instituciones financieras de la región, cerró ayer en el Hotel Sheraton Presidente de San Salvador. Desde 2019, estos foros generan un espacio de intercambio y reflexión sobre la inclusión financiera y su impacto social con enfoque de género en Centroamérica. Esta edición contó con el apoyo del programa regional MELyT II (Mujeres, Economía Local y Territorios) implementado por ONU Mujeres en los países del norte de Centroamérica y financiado por la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo (AICS). El programa busca consolidar las acciones estratégicas implementadas durante la primera fase, a saber, el apoyo a mujeres emprendedoras y la promoción de servicios y productos financieros, en alianza con el BCIE y otras instituciones financieras, y la ampliación de la oferta de servicios de asistencia técnica, digitalización y acceso a mercados.

IV Foro Centroamericano para la Inclusión Financiera

El foro tenía dos objetivos principales:

1) compartir buenas prácticas y lecciones aprendidas para reducir las brechas de género en el acceso al capital y promover inversiones sensibles al género;
2) mejorar el diálogo y la colaboración con los actores del ecosistema financiero comprometidos con la igualdad de género.
Asistieron actores de diferentes sectores, incluidas empresas del sistema financiero, instituciones gubernamentales, agencias de cooperación internacional, mujeres empresarias, empresas que promueven la igualdad de género y empresas con productos/servicios financieros diseñados para satisfacer las necesidades de las mujeres y las niñas.

Las palabras de apertura de la inauguración del Foro estuvieron a cargo de: Miriam Bandes, Representante de ONU Mujeres El Salvador, María Luisa Hayem Brevé, Ministra de Economía de la República de El Salvador, Morena Valdez, Ministra de Turismo de la República de El Salvador, Armando Navarrete, Economista Jefe del BCIE, Edoardo Pucci, Embajador de Italia en El Salvador, Charles Schmit, Encargado de Negocios de la Embajada del Gran Ducado de Luxemburgo en Costa Rica.

A continuación, la profesora Eliana La Ferrara, catedrática de Políticas Públicas de la Harvard Kennedy School, presentó una interesante ponencia sobre "Género y acceso al capital". El estudio analizado muestra que las normas sociales y culturales limitan a menudo la autonomía de las mujeres en los procesos de toma de decisiones, así como su acceso a los recursos y las tecnologías. Del mismo modo, la falta de productos y servicios financieros adecuados crea barreras a la capacitación económica de las mujeres. Por lo tanto, la inclusión financiera sólo puede lograrse cuando las mujeres tienen el control de los recursos económicos y esto es posible cuando los productos financieros sostenibles desde el punto de vista del género son accesibles para ellas. Una presentación del estudio en inglés puede encontrarse en la página de J-PAL.

En este sentido, los ponentes de la primera sesión debatieron sobre las innovaciones promovidas por el ecosistema financiero para que las mujeres empresarias puedan acceder a productos o servicios que conecten y potencien sus negocios. También participaron en el debate portavoces del Banco Hipotecario de El Salvador y del BCIE, que expusieron los pasos que se han dado en los últimos años para satisfacer las necesidades de las mujeres empresarias que viven en entornos rurales. Consideran que la diversificación de productos y la educación financiera han tenido un impacto positivo en la inclusión económica de las mujeres. De la misma opinión es Mayra Falck, Asesora de Inclusión Financiera de ONU Mujeres, que destaca la importancia de la transmisión y el intercambio de conocimientos sobre el acceso al mercado y los pequeños créditos que ofrecen los bancos.

Por la tarde se organizaron mesas redondas para reflexionar sobre los distintos niveles de brecha en la inclusión financiera de las mujeres: económica, tecnológica y temporal. En una sociedad basada en el trabajo gratuito de cuidados, casi siempre confiado a las mujeres, éstas tienen pocas oportunidades de desarrollar su propia trayectoria empresarial, incluso cuando las condiciones financieras son favorables. Por ello, el programa MELyT II pretende crear espacios comunitarios en los que el cuidado sea una responsabilidad compartida y equilibrada que respete el deseo de las mujeres de seguir una formación económica y digital, esenciales para su emancipación.

La segunda jornada se centró en el importante tema de la digitalización para acelerar la inclusión y aumentar la resiliencia de las mujeres en el ecosistema empresarial. En particular, se destacó que el cambio climático afecta negativamente a las mujeres, especialmente en las zonas rurales, donde las pequeñas empresas agrícolas y turísticas dirigidas por mujeres se ven en peligro por las fluctuaciones del mercado o las catástrofes naturales. Por eso se considera esencial incluir un componente de sostenibilidad medioambiental que tenga en cuenta las cuestiones de género en los proyectos de apoyo a la capacitación de las mujeres.

En la página del evento puede acceder al programa completo con ponentes, publicaciones, presentaciones, recursos y noticias sobre el tema de la inclusión financiera y el empoderamiento económico de la mujer.

Educaid y UCA presentan diagnóstico sobre la situación de los derechos de personas con discapacidad en cuatro municipios de El Salvador

 

Partecipantes del proyecto PODER después de la presentación del diagnóstico. Credits: Educaid

Partecipantes del proyecto PODER después de la presentación del diagnóstico. Credits: Educaid

El pasado 29 de septiembre de 2023, EducAid y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) presentaron los resultados de la investigación acción participativa realizada en el marco del proyecto AID 12590 "PODER: Programa para la inclusión laboral, la defensa del derecho a la educación y la reivindicación de los derechos de las personas con discapacidad", financiado por la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo y cuya entidad ejecutora es EducAid. La iniciativa, con una duración de 36 meses y un importe de 1.798.428,00 euros, se concentra en los Municipios de Santo Tomás y Santiago Texacuangos (San Salvador), Zaragoza y Colón (La Libertad), en El Salvador. El objetivo del proyecto es fortalecer las capacidades de las personas con discapacidad para que puedan promover procesos de inclusión social y educativa dentro de sus comunidades.

Presentación del diagnóstico en lengua de señas.

Presentación del diagnóstico en lengua de señas. Credits: Educaid

El diagnóstico arroja luz sobre los primeros resultados obtenidos por el proyecto y llama la atención sobre las dificultades y barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad en la vida cotidiana. Realizada entre noviembre de 2022 y agosto de 2023, la investigación se llevó a cabo sobre una muestra de 757 encuestados, la mayoría de ellos con discapacidades que afectan a la movilidad y la visión.

En cuanto al nivel de satisfacción con los servicios sanitarios, se constató que sólo el 54,8% estaba satisfecho, el 53,3% recibía asistencia médica y el 35% señalaba la inexistencia de rampas de acceso en las instalaciones hospitalarias. Las entrevistas revelaron que los centros de salud no están equipados para acoger a personas con discapacidad, a menudo no hay suficientes sillas en la sala de espera y los pacientes tienen que esperar su turno de pie, y los aseos no son accesibles para los usuarios de sillas de ruedas. Además, hay poca formación del personal sanitario para tratar casos de personas con discapacidad, lo que genera una actitud discriminatoria o indiferente hacia ellas.

El acceso a la educación formal muestra limitaciones para las personas con discapacidad, que tienen un nivel educativo inferior al de la población general. La mayoría de las personas entrevistadas no completan sus estudios por falta de recursos económicos y oportunidades. Las mujeres y las niñas tienen aún más dificultades para completar sus estudios debido a las tareas de cuidado de sus hermanos menores. En cuanto a los servicios en los centros educativos, las personas con discapacidad denuncian ser víctimas de discriminación y acoso escolar (58,9%), lo que frecuentemente conduce al desarrollo de baja autoestima, problemas psicológicos y abandono escolar. Presencia generalizada de infraestructuras inadecuadas en las escuelas (66,8%), como suelos irregulares y escaleras.

Presentación del diagnóstico en el Municipio de Santo Tomás. Credits: Educaid

Presentación del diagnóstico en el Municipio de Santo Tomás. Credits: Educaid

En cuanto a la situación laboral, el 25,1% declara que no trabaja ni busca empleo porque está desanimado; sólo el 10,7% declara que tiene un empleo. Las principales barreras para acceder al mercado laboral están relacionadas con la movilidad (70,3%). Algunos entrevistados señalaron que no encuentran apoyo cuando quieren abrir un pequeño negocio, ni de la comunidad ni de los bancos o instituciones de crédito que prefieren destinar recursos a otros sectores.

La principal consecuencia de esta situación es que el 85,4% no dispone de los recursos necesarios para cubrir sus necesidades básicas como comer, vestirse, tener una vivienda digna y poder pagar la asistencia sanitaria y los medicamentos. Otro dato especialmente relevante es el alto porcentaje de violencia, sobre todo psicológica (55,1%) o física (37,8%), que sufren las personas con discapacidad. Las personas entrevistadas señalan que miembros de su familia o comunidad tienen una actitud discriminatoria hacia ellas, que las menosprecia y limita su autonomía.

Por último, las personas con discapacidad suelen estar invisibilizadas, por lo que no se las tiene en cuenta a la hora de participar en actividades comunitarias. De hecho, casi el 78% afirma que no participa en actividades artísticas y culturales porque éstas no están diseñadas para garantizar el acceso de las personas con discapacidad.

El estudio pone de manifiesto, por tanto, las importantes dificultades para acceder a los servicios sanitarios, educativos, laborales y culturales, además de mostrar la elevada y generalizada violencia que sufren las personas con discapacidad. De esta investigación inicial se derivan las siguientes recomendaciones, que se espera puedan ampliarse a mayor escala en todo el país:

  • Elaborar un registro nacional de personas con discapacidad
  • Aumentar el personal médico con conocimientos específicos en el campo de la discapacidad
  • Adaptar las infraestructuras de los centros sanitarios y educativos
  • Promover una política de transporte inclusiva en los municipios
  • Establecer cuotas para el empleo de al menos un 5% de personas con discapacidad en las empresas.

El proyecto PODER tiene su página Facebook, síguela para recibir actualizaciones sobre las actividades y los resultados del proyecto. 

? El video “Yo me quedo aquí”: una colaboración entre AICS San Salvador y el dúo de raperos salvadoreños “Shaka y Dres”

El video "Yo me quedo aquí" es una colaboración entre AICS San Salvador y el dúo de raperos salvadoreños "Shaka y Dres", conformado por los hermanos Álvaro y Antonio Morales. El texto y el vídeo se elaboraron gracias a la participación activa de los jóvenes de San Francisco Echeverría, comunidad rural situada en la región de Cabañas, en el noreste del país, de unos 1.200 habitantes, particularmente afectada por la guerra civil entre 1980 y 1992.

Shaka y Dres utilizan la música como instrumento para transmitir mensajes positivos a los jóvenes, y esta canción tiene precisamente por objeto sensibilizar a la población salvadoreña sobre los riesgos y obstáculos que se presentan durante la migración irregular, en el marco de la iniciativa promovida por la AICS "Estrategia gubernamental para la prevención de la migración irregular mediante la creación de oportunidades de desarrollo territorial y de las personas".

A pesar de los riesgos que enfrentan las personas durante el viaje, la migración sigue siendo la única alternativa para una gran parte de la población. Con esta iniciativa, tratamos de generar oportunidades de inclusión socioeconómica a través de un enfoque territorial, utilizando modelos de restauración ecológica con la participación de personas en riesgo de migración irregular y de retornados/as.

El éxodo salvadoreño sigue aumentando. Cada año hay más personas que deciden emprender el camino de la migración debido a la violencia, a factores económicos, desastres naturales y degradación medioambiental. Se calcula que aproximadamente un tercio de la población salvadoreña, casi tres millones de personas, vive fuera del país. 145.000 salvadoreños al año emigran con una edad media de 30 años y la mayoría son mujeres. Se trata de entre 500 y 600 personas al día que deciden emprender este arduo camino. Según las estadísticas, los salvadoreños repatriados son aproximadamente 26.000 al año, de los cuales algo más de 2000 son menores de 18 años.

La Cooperación Italiana y el PMA brindan asistencia alimentaria a 6,250 personas afectadas por Amanda

La Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) están brindando asistencia alimentaria a 6,250 personas que han sido afectadas por los estragos de la tormenta tropical Amanda y la COVID-19.

Desde el 29 de julio, 6,250 personas serán beneficiadas con transferencias de efectivo para cubrir sus necesidades alimentarias durante tres meses por medio de dos entregas de efectivo del PMA, a través de la red de empresas financieras privadas con cobertura nacional, con el fin de reducir la movilización y la posibilidad de contagio a la COVID-19.

El Gobierno de Italia, por medio de AICS, contribuyó un total de 579,000 dólares para que las personas, ubicadas en los departamentos de La Paz y Usulután, cuenten con efectivo para comprar alimentos nutritivos y básicos para sus familias en los comercios y mercados de sus comunidades, dinamizando así la economía local y apoyando a los pequeños productores. La identificación de las personas beneficiadas y coordinaciones en las comunidades se han realizado bajo el asocio de PMA con Ayuda en Acción y Save the Children.

Los estragos causados por la tormenta tropical Amanda, sumados al impacto socioeconómico latente causado por la pandemia de la COVID-19, han incrementado el número de personas en inseguridad alimentaria en El Salvador. Los resultados de la evaluación que el PMA realizó en mayo a nivel nacional, estimó que 162 mil hogares se encuentran en inseguridad alimentaria severa tanto en la zona rural como en la urbana. En esta condición, los hogares no logran cubrir un consumo de alimentos adecuado para los miembros de su familia.

“Esta acción tiene como objetivo ayudar a mitigar los enormes problemas que están enfrentando muchas familias salvadoreñas a causa de la emergencia sanitaria de la COVID-19 y las tormentas tropicales en el país. Una entrega de efectivo permitirá a las personas identificar personalmente sus necesidades básicas, ya sea alimentarias o higiénico-sanitarias, y satisfacer esas necesidades”, dijo el Director de AICS San Salvador, Riccardo Morpurgo.

“La contribución del Gobierno de Italia llega en un momento clave para seguir brindando asistencia a las familias más vulnerables que luchan por llevar suficiente alimento a sus hogares debido a los daños causados por la tormenta tropical Amanda y las consecuencias de la pandemia de la COVID-19”, mencionó el Representante del PMA, Andrew Stanhope.

“A pesar de ser uno de los países más afectados por el virus, Italia ha sido uno de los principales protagonistas del esfuerzo de la comunidad internacional para hacer frente a la epidemia de la COVID-19, de acuerdo con el principio de que: nadie está seguro hasta que todos lo estén”, dijo el Embajador de Italia en El Salvador, Umberto Malnati.

La cultura maya y el chocolate, combinación inseparable y oportunidades de ingresos

Unidas en la recuperación de la tradición ancestral del cacao, las mujeres de América Central están ahora listas para competir en el mercado internacional

Aunque el cacao tiene una gran importancia en la historia de América Central como cultivo y símbolo de identidad, la producción de cacao en grano en esta región está disminuyendo constantemente. Por el contrario, la demanda mundial de chocolate y de cacao en grano aumenta año tras año. La satisfacción de la creciente demanda interna e internacional es posible mediante acciones para revitalizar el cacao. Por esta razón, la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo ha decidido financiar un proyecto para revitalizar la cadena de cacao de calidad en América Central y el Caribe, el cual es ejecutado por el Instituto Italo-Latinoamericano (IILA).

Además, la decisión de activar un programa dedicado al cacao deriva de la capacidad de este cultivo de aumentar la biodiversidad de la región, restaurar los ecosistemas, mejorar la calidad de los recursos hídricos y del suelo. En el plano económico, los sistemas agroforestales basados en el cacao también pueden aumentar los ingresos de los productores y las oportunidades de empleo de las comunidades vulnerables. Esto proporcionaría a las familias una mayor seguridad económica que las motivaría a permanecer en sus comunidades en vez de obligarlas a emigrar en busca de mejores oportunidades de trabajo.

En el marco de este proyecto, tuvimos la oportunidad de conocer a tres mujeres de comunidades indígenas que trabajan en la cadena del cacao y que participaron en diversas actividades, entre ellas el Curso de Elaboración de Chocolate y Productos Semiacabados realizado en El Salvador. Se trata de mujeres productoras, empresarias que se han enfrentado a dificultades culturales, económicas y sociales para emanciparse, trabajar y realizarse a nivel personal.

Jessica Vásquez, una mujer perteneciente a la cultura maya kaqchiquel, vive en Sololá, Guatemala, y nos habló sobre el papel de la mujer dentro de su comunidad: “Es un papel variado: va desde la investigación, pasando por la recopilación de información histórica, hasta la formación de otras mujeres, y la elaboración de chocolate. En los pueblos indígenas la mujer es la responsable de la formación de los seres humanos, la educación alimentaria y el mantenimiento de las costumbres ancestrales”.

Su mayor pasión es la cocina y nos cuenta que comenzó a recopilar recetas ancestrales basadas en frijoles, maíz y, sobre todo, cacao. Gracias a los cursos de capacitación realizados en el marco del proyecto, pudo aprender y utilizar buenas prácticas de cultivo, post cosecha y elaboración de chocolate con el fin de recuperar la cultura del chocolate en esta región y asegurar que se reconozca como un producto de calidad y se comercialice.

Blanca Estela Díaz Menchú vive en Quetzaltenango, Guatemala, y es miembro de la Asociación de Productores de Chocolate de Guatemala. “Los mayores problemas en este momento son la falta de mercado para nuestro producto y la delincuencia, que también es un grave flagelo. Intentamos involucrar a los jóvenes, enseñarles la tradición del cacao, la promoción de este producto con la esperanza de que no se vayan, de que no emigren. Nuestra familia produce chocolate y el mayor desafío para nosotros es mantener el equilibrio entre la calidad y el costo: en la práctica tratamos de hacer más con menos, esto es porque trabajamos en un sector muy competitivo”.

En la comunidad de Blanca ser mujer trabajadora no es fácil: “Lo más importante para nosotras es que hagamos las tareas del hogar, nuestro papel es ayudar y apoyar”. Debido a graves problemas económicos Blanca decidió dejar las actividades domésticas para dedicarse a la elaboración del cacao: “Fue una lucha terrible, el dinero no era suficiente y cuando salí de casa no podía hablar con nadie. Por suerte ahora mis hijos son mayores, pudieron estudiar y yo también me gradué a los 40 años. Fue un gran sufrimiento, pero ahora enseño a las mujeres de mi comunidad lo que aprendo en los cursos de capacitación para que se especialicen en la industria del cacao. El amor al prójimo es algo que me importa mucho”.

Yasmira Lisbeth Chen, de la Comunidad de Cobán Alta Verapaz en Guatemala, comenzó su trabajo para aumentar los ingresos de la familia, pero inicialmente no recibió ningún apoyo de nadie.

“No teníamos dinero para pagar la salud y la educación de nuestros hijos. Cuando mi padre murió heredé cerca de media hectárea de cultivo de cacao, solía usar esas frutas para el consumo familiar o para regalarlas a nuestros amigos. Una noche, mirando esas cestas de cacao en el suelo, tuve una idea: tenía que trabajar ese cacao para conseguir chocolate y venderlo, había visto a mi madre durante años haciéndolo, ¡podía hacerlo! Mi marido no estaba nada entusiasmado, le preocupaba que la comunidad le acusara de no poder ocuparse de su familia. Pero no me di por vencida, compré un pequeño molino y empecé a tostar cacao. Ese día produje mis primeras 50 barras de chocolate, 50% de cacao y 50% de azúcar, que vendí inmediatamente.”

Desde entonces, Yasmira ha estado cada vez más motivada para fortalecer el cultivo del cacao. En poco tiempo llegaron las primeras satisfacciones económicas con las que pudo hacer estudiar a sus hijas. Ahora trabaja a tiempo completo en esta actividad y sus hijas, de 12 y 15 años, la ayudan; su marido también ha empezado a apoyarla, tanto práctica como psicológicamente. Yasmira también es miembro de la Junta Directiva de la Asociación Katbalpom, que se encarga de recuperar y mejorar la cultura del cacao en su comunidad.

Estas mujeres han luchado por salir de la vulnerabilidad, la discriminación, el machismo y la pobreza. Son mujeres que han sido capaces de hacer frente al sufrimiento, de volver a ponerse de pie y que siempre han creído en sí mismas y en su tradición. Son mujeres que se han distinguido por centrarse en la identidad del producto y que ahora están listas para competir en el mercado internacional.

 

 

Rescatar el café salvadoreño para restituir la dignidad a los pequeños productores

La Cooperativa Texisal

Desde el montañoso municipio de Apaneca, conocido por sus cultivos de café y por la turística “Ruta de los Flores”, se cruzan sinuosos caminos de herradura y senderos de tierra hasta la plantación de café Santa Bárbara de la Cooperativa Texisal, en el distrito de Taltapanca.

José Manuel Vielman ha vivido en estas zonas toda su vida, durante generaciones su familia se ha dedicado al cultivo del café y dice que el café salvadoreño está pasando por una fase crítica: “los agricultores ya no pueden cubrir los costos de la producción de café debido al bajo precio de venta establecido por la Bolsa de Nueva York”.

Texisal es una de las cooperativas beneficiarias que participaron en un curso de capacitación, dentro del Proyecto denominado: “Red regional de apoyo a las asociaciones de pequeños productores de café – Programa CaféyCaffè”. Fase III – financiado por la financiado por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo y ejecutado por la ONG italiana Africa 70 El Salvador y el Consejo Salvadoreño del Café (CSC) el cual permitió a los beneficiarios aprender técnicas e instrumentos innovadores para el procesamiento del café.

Oscar Nájena, el Presidente de la Cooperativa Texisal, nos dice que los progresos realizados por la comunidad agrícola, tras el proyecto, se refieren a todas las fases de la elaboración del café: la cosecha razonada, la construcción de las llamadas “camas africanas” para el secado, los métodos de elaboración húmeda y los factores que influyen en la calidad del producto, así como las cuestiones relacionadas con la industria del café.

La ONG África 70 y el Consejo Salvadoreño del Café colaboran estrechamente con la Cooperativa Texisal todos los días y, paso a paso, apoyan y orientan a las comunidades rurales para que cumplan su mayor sueño: abrir un centro de tostado y una cafetería. Elena Díaz, gracias al curso “Catación y Barismo”, ha aprendido nuevas técnicas que pone en práctica cada día en su trabajo y esto le ha permitido alcanzar una realización profesional. Hoy trabaja en el bar Apaneca y está orgullosa del café que sirve: bueno y 100% orgánico.

La Cooperativa Texisal y, más en general, la comunidad rural de montaña, está decidida a redimir la cultura del café salvadoreño creando un producto de alta calidad. Es importante que el mundo entero reconozca la calidad del café de El Salvador para que pueda apoyar el cultivo de este producto. El camino sigue siendo largo e involucra estudio y trabajo duro, pero los pequeños productores salvadoreños no desisten. Saben que el futuro de su comunidad depende de ello y quieren que se reconozca el trabajo que hacen.

Dar el valor adecuado al café salvadoreño es devolver la dignidad a los agricultores y productores, mejorar su nivel de vida reduciendo la vulnerabilidad socioeconómica y cultural de comunidades enteras. ¡Estamos seguros de que con estas premisas podemos obtener grandes resultados!

Visita a los productores de las regiones de Usulután y Morazán

El silencio reina en las colinas de las regiones de Morazán y Usulután. Un sol abrasador incendia la tierra quemada de las regiones orientales de El Salvador. Los torbellinos de viento se arremolinan sobre los campos estériles. Se sobrevive entre rocas, polvo y sudor. La tierra se agrieta. Estresada como aquellos que tratan en vano de trabajarla. Manos sucias, consumidas por la fatiga. No hay agua.

La Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo, junto con el Programa Mundial de Alimentos, se ha comprometido a resolver la situación en estas zonas mediante el proyecto “Asociatividad, Resistencia y Mercados”, que finalizó hace unos meses.

Trabajar en el campo para resolver los efectos del cambio climático significa ayudar a reducir la inseguridad alimentaria y nutricional de muchas comunidades vulnerables. Este es el principal objetivo de la intervención. Al final del proyecto, se notan muchos cambios dentro de la comunidad.

Niña Morena, de la Comunidad 14 de julio, vive en la región de Usulután y forma parte de un grupo de productores que trabajan en la agricultura orgánica y los fertilizantes. El proyecto le ha ayudado a ella, y a la comunidad a la que pertenece, a limitar la inseguridad alimentaria. Dentro de esta comunidad, se han tomado medidas para promover la actividad comercial y la comercialización de productos.

A Niña Morena se le proporcionó una incubadora de huevos y a cada familia de su comunidad se le donaron algunos animales de granja, principalmente aves de corral. Además, se instalaron paneles solares para el riego y se construyeron túneles agrícolas durante el proyecto.

Don Cristino, un productor agrícola de 64 años, está orgulloso del cambio que ha experimentado de primera mano: “Solía sembrar maíz, frijoles y maicillo sólo en mayo, y últimamente, debido a la falta de lluvia, empezamos a sembrar en junio y cosechamos el primer corte en octubre y el segundo en noviembre. La idea de seguir trabajando es para el bien de nuestras familias y nuestras comunidades, porque antes no teníamos estas oportunidades y beneficios”.​

La sequía de los últimos años ha puesto a prueba los cultivos y para sobrevivir durante la estación seca, los agricultores han empezado a cultivar hortalizas, principalmente chiles verdes. Por esta razón, se requirió la construcción de un invernadero y se decidió optar por el método hidropónico, que es un tipo de cultivo fuera de la tierra que favorece el control de la producción, tanto desde el punto de vista de la calidad como de la higiene.

Unos meses después del fin de las iniciativas, la situación en general parece haber mejorado mucho: los productores han diversificado sus cultivos y establecidos contactos de venta con el mercado local y algunos supermercados.

Doña Dinora forma parte de la asociación Mujeres con Esperanza (ACREMUES): “somos una cooperativa de 23 mujeres, nos encargamos de la producción de hamacas y de la tienda comunitaria”.

Después de los cursos de capacitación, estas mujeres han adquirido las habilidades para mejorar su trabajo y han comprendido la importancia de poder vender el producto. Hoy por fin se les paga un precio justo. La formación les ha hecho críticos y conscientes, tanto desde el punto de vista técnico como comercial. De hecho, además de estandarizar la producción de hamacas, estas mujeres han aprendido la importancia de promocionar su producto: “Ahora somos capaces de conocer de antemano la materia prima que necesitamos, hemos empezado a cuidar el embalaje y nos hemos abierto al mercado online, también a través del uso de los medios sociales”.

La pequeña tienda dirigida por las mujeres en cuestión adquiere diversos significados y cambia la identidad adaptándose a las necesidades de la comunidad. De hecho, además de ser un espacio de venta de productos artesanales, permite el acceso a las necesidades básicas y, transformándose durante el fin de semana ​en un espacio para compartir e intercambiar. La multitud de facetas que adquiere y el carácter agregado del lugar lo convierten en el núcleo de la comunidad.

A pesar de las dificultades que tuvieron que afrontar estos grupos de productores, hoy, cuando la segunda fase del proyecto terminó hace unos meses, podemos ver la satisfacción en sus ojos. Después de la fatiga y el sudor, los primeros resultados y las primeras satisfacciones han llegado. El compromiso y el estudio han servido para enfrentar los desafíos que surgen cada día en su camino.